La Navidad es una época hermosa en la que compartimos con nuestros familiares, pero también es el momento en el que debemos cuidar a nuestros mejores amigos, nuestros peluditos de cuatro patas. Durante las festividades, se suele hacer un uso indiscriminado de fuegos artificiales, y muchas personas no se dan cuenta del efecto tan dañino que pueden tener en las mascotas. Debido a su capacidad auditiva y sensitiva, son más susceptibles a los estruendos de la pirotecnia.

Nuestros peludos pueden sentir pánico, desorientación, salivación, jadeo, taquicardia, aturdimiento, pérdida del control. Esto puede causarles accidentes e incluso la muerte, ya sea por un infarto o por escaparse y ser atropellados por un automóvil.

Es importante minimizar el impacto que pueden causar estos fuegos artificiales y tratar de que ese momento sea lo menos traumático posible para nuestras mascotas. Podemos colocar música relajante, hacerles sentir seguros y protegidos, jugar con ellos y darles premios para mantener su atención en actividades que los hagan felices. También se está utilizando una metodología llamada “Tellington Ttouch“, que consiste en colocar un vendaje en puntos estratégicos de la mascota para calmar la ansiedad y el estrés.

Es fundamental crear conciencia sobre el uso de pirotecnia, ya que nuestros mejores amigos pueden resultar muy afectados. Además, los peluditos que tienen un hogar pueden ser supervisados, pero aquellos que están en situación de calle y no tienen a nadie que los cuide se ven aún más perjudicados. No solo debemos enfocarnos en la belleza de los fuegos artificiales, sino también en el bienestar de todos, ya que nuestras mascotas son seres vivos que sufren y padecen.

Dedicar unos minutos de nuestro tiempo a nuestro mejor amigo durante el uso de pirotecnia, para evitar que se vea afectado y para que sea una mascota feliz y sana, es una manera de demostrar el amor que sentimos por ellos. Recordemos que cuidar es querer.