La importancia de realizar una hematología

La hematología es una herramienta fundamental utilizada por los veterinarios para orientarse en el diagnóstico de diversas enfermedades, ya que muchas de ellas presentan signos y síntomas muy similares. La hematología consiste en el estudio del número y la forma de los diferentes componentes de la sangre, como son el plasma y los elementos celulares.

El plasma es una sustancia amarillenta que constituye la parte líquida de la sangre, alberga proteínas, electrolitos y otros nutrientes. A su lado están los elementos celulares. Estos incluyen los eritrocitos (glóbulos rojos), los leucocitos (glóbulos blancos) y las plaquetas, permitiendo así evaluar la normalidad o anormalidad de cada uno de ellos.

Los eritrocitos nos proporcionan información sobre la presencia o ausencia de anemias, problemas de médula ósea como la leucemia, presencia de virus y hemoparásitos, entre otros. Los leucocitos, también conocidos como células inmunitarias, son las principales células de defensa del organismo. Su evaluación nos proporciona información valiosa, dependiendo del tipo de células blancas que estén aumentadas o disminuidas. Esta información puede estar relacionada con procesos inflamatorios, infecciosos, presencia de virus y hemoparásitos.

Las plaquetas, por su parte, son elementos fundamentales para la coagulación de la sangre. Si están disminuidas (trombocitopenia), pueden provocar hemorragias, mientras que si están aumentadas (trombocitosis), pueden promover la formación de coágulos que afectan diferentes órganos.

El hematocrito, se utiliza para describir el porcentaje en volumen de glóbulos rojos (eritrocitos), en un volumen dado de sangre completa. Es una medida importante para evaluar la composición general de la sangre. Niveles altos o bajos de hematocrito pueden ser indicativos de trastornos en la sangre. Un hematocrito alto, puede ser señal de hemoconcentración y puede estar relacionado con deshidratación o shock. Por otro lado, un hematocrito bajo, se relaciona con sobrehidratación, anemia o enfermedades de la médula ósea como la leucemia. Además de indicar la cantidad de glóbulos rojos, el hematocrito también nos puede proporcionar información sobre el plasma. Dependiendo de su aspecto, podremos determinar si la mascota presenta ictericia (funcionamiento anormal del hígado) o si tiene un plasma hiperlipémico (aumento de lípidos). También podremos determinar si la mascota tiene hemoparásitos como la Microfilaria.

El suero sanguíneo es la porción líquida de la sangre que se obtiene cuando la sangre coagulada se separa. Con él se pueden realizar diferentes tipos de pruebas, como las pruebas serológicas que permiten medir la presencia o ausencia de anticuerpos para enfermedades causadas por virus o bacterias. Y, por otro lado, las pruebas de químicas sanguíneas que evalúan el funcionamiento de diferentes órganos y glándulas.

En síntesis, la hematología se convierte en una herramienta fundamental para los veterinarios, capacitándolos para emitir diagnósticos precisos y guiar tratamientos de manera efectiva. Además, les proporciona información valiosa acerca del estado general de salud de las mascotas, incluyendo su aptitud para recibir vacunas o someterse a intervenciones quirúrgicas. Asimismo, contribuye en la detección de condiciones como hemoparásitos, parasitosis, procesos inflamatorios e infecciosos, tanto de origen viral como bacteriano, y diversos tipos de anemia. Recuerda que un diagnóstico acertado debe ir de la mano con los análisis de laboratorio para mantener la salud óptima de nuestras mascotas.